SE BUSCA INVERSIONISTAS
- Sheilla J. Melchor
- 21 jun 2024
- 4 Min. de lectura
El camino de Perú hacia la recuperación económica

Según cifras de INEI la pobreza monetaria en Perú alcanzó al 29,0% de la población.
Por mucho tiempo el Perú fue llamado “el milagro económico”, debido al crecimiento sostenido durante décadas. Logró reducir las cifras de pobreza de un 58,7% en 2004 a un 20,1% en 2019. Su modelo económico era un ejemplo de América Latina. Un Banco Central de Reservas independiente, niveles de inflación bajos y presencia de inversión privada lo hacían proyectarse como un país en desarrollo. Sin embargo, hace algunos años el crecimiento económico se desaceleró, panorama que se torno aún más oscuro debido a los estragos de la pandemia del 2020.
Recientemente el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) informó que el PBI peruano se incrementó un 5,28% en abril, en comparación al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, este crecimiento aunque positivo, debe ser tomado con calma ya que no es sinónimo de estabilidad. Durante el primer trimestre del 2024 el PBI alcanzó un modesto crecimiento de 1,4%. Con un país donde la pobreza monetaria afecta al 29,0% de la población, las proyecciones indican que para superar estas cifras negativas el crecimiento del PBI debe ser constante al menos durante 10 años. Por lo tanto, los resultados de abril deben ser tomados como un primer paso de un largo camino en busca de la recuperación económica y no como si hubieramos ganado la batalla.
Pero ¿qué está haciendo el Gobierno en pro del crecimiento? Como medidas a corto plazo el Estado cuenta con diversos programas sociales que apoyan económicamente a las personas más vulnerables. Sin ir muy lejos, el año pasado anunciaron nuevas iniciativas como “Juntos Urbano”, que se suma a la lista de los ya existentes Pensión 65, Juntos, Contigo, Cuna Más, Qali Warma, entre otros. Y aunque no se puede negar que estos programas tienen un impacto significativo en la población, lo cierto es que estas inicitivas suelen ser paliativas y no una verdadera solución para reducir los índices de pobreza. El Estado debe apostar por medidas que permitan solucionar las carencias de los peruanos a largo plazo, cubrir las necesidades más básicas de forma permanente como la construcción de centros médicos, escuelas, acceso a servicios básicos (agua,luz, alcantarillado), accesibilidad. Y en especial generar puestos de empleo. Pero para que esto sea posible hay que impulsar la inversión privada.
Recordemos que la demanda interna privada (gasto en bienes, servicios e inversión) representa el 80% del PBI en Perú. En los últimos meses la confianza empresarial en nuestro país disminuyó, a causa de la inestabilidad política, los cambios climáticos, la inflación, etc. Por ello, no es sorpresa que la reciente encuesta de IPSOS Perú difundida en Semana Económica el pasado 15 de junio, refleje que el 87% de los principales ejecutivos de 2 500 empresas desaprueban la gestión de Dina Boluarte. El Congreso de la República no queda atrás, con apenas el 1% de aprobación, principalmente por su incapacidad de optimizar los procesos en beneficio de las inversiones y por la ola de seguridad que vive en el país . Los empresarios demandan menos leyes populistas y más reformas que los hagan sentir seguros de invertir.
Para lograr esto, es vital recuperar la confianza de los inversionistas, ofreciendoles entornos favorecedores, simplificando los trámites burocráticos, brindándoles estabilidad política y jurídica, además de reformas a su favor.
Perú tiene la capacidad para atraer inversionistas, sectores como la minería, la agroindustria y la infraestructura son fundamentales para su crecimiento. En el tema de infraestructura proyectos como la finalización de la primera etapa del terminal portuario de Chancay viene siendo posible en un 60% gracias a la inversión extranjera y 40% inversion nacional privada. Este megaproyecto es clave para incentivar el comercio de manera directa con Asia y aspira a convertirse en un hub regional (centro de operaciones). Pero además de ello, genera un total de 1 300 puestos de trabajo directos y un aproximado de 8 000 empledos indirectos. Sin duda un trabajo digno de admirar y esto es solo en la primera de tres etapas que contempla dicho proyecto.

El Megapuerto de Chancay registra un avance de 80% en su primera etapa.
Acorde a proyecciones del Ministerio de Economía y Finanzas la inversión en este sector espera cerrar el año con un crecimiento del 15,2%.
Es tarea pendiente del Estado destrabar otros mega proyectos que se encuentran en lista de espera. Ya que de acuerdo al Plan Nacional de Infraestructura Sostenible para la Competitividad 2022-2025, se contemplan ejecutar un promedio de 72 proyectos con una inversión total de 146,622 millones de soles.
Sin dejar de impulsar sectores como el agropecuario, la minería, la agricultura, el turismo, el comercio y otros.
Por otro lado, una medida que parece haber sido un gran error de la clase política es la Ley 31143, que impuso un tope a las tasas de interés creditico. Medida impuesta desde el 2020 y que habría salido contrario a lo que se pretendía, ya que impide que muchas personas puedan acceder al créditos financieros de manera formal. Algo que buscaba protegerlos de la usura terminó orillandolo a los peruanos a acudir a prestamistas informales, con extorsiones de por medio. Los emprendedores no podía acceder a este finaciamiento y por ende no había crecimiento de las mypes. Si bien es cierto se está buscando revertir esta medida, pero aún no se concreta.
Sin duda el Gobierno tiene mucho trabajo urgente que atender para disminuir la pobreza, lograr el crecimiento económico y atender a los más vulnerables. Impulsar políticas de Estado con una visión a largo plazo es algo que los especialistas recomiendan, y no medidas transitorias ni populistas que tengan una vigencia corta. Dejar las reglas del juego clara para los inversionistas es fundamental.
Regresar a cifras prepandémicas será sin duda desafiente, casi tanto como garantizar la estabilidad política del país. Es hora de que el Gobierno actúe con firmeza y compromiso. Se requiere una clase política capaz de gestionar de manera efectiva los recursos en beneficio de los ciudadanos. Aprovechar el potencial de sectores como la minería, la agroindustria y la infraestructura para atraer inversiones y generar empleo. Solo con un entorno favorable y políticas claras se logrará un crecimiento sostenible y la tan añorada reducción de la pobreza en Perú.
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